lunes, 10 de noviembre de 2008

Fiesta de la Paz



Fiesta de la Paz en Manuel Alberti

Campana, (Buenos Aires), 14
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Set. 06 (AICA)

La escuela María Madre Nuestra, de Manuel Alberti, decidió implorar a Dios y a la Virgen por el don de la Paz.
En 1982, durante el episodio de la Guerra de las Malvinas, la escuela María Madre Nuestra decidió implorar a Dios y a la Virgen por el don supremo de la Paz. Fue así que por aquellos años los directivos del Colegio convocaron a la comunidad a la plaza del pueblo donde se hizo un acto multitudinario con diversas expresiones artísticas que manifestaban el deseo de paz; una paz que debía empezar en el corazón de cada hombre, de cada familia, de cada pueblo. Esta convocatoria se repitió todos los años desde entonces, destacando el valor de la vida como un bien supremo por encima de todos los intereses y, cada vez, la adhesión fue mayor. El pueblo de Manuel Alberti se compromete con la paz. En esta fiesta se sueltan 1.000 globos de colores con mensajes, y todos los años llegan cartas de niños y de adultos desde Uruguay, Brasil y provincias del litoral respondiendo y apoyando esta iniciativa. Los alumnos del Colegio establecen correspondencia que perdura, fomentando lazos de amistad e intercambiando gestos de paz. Puesto que esta Jornada se celebra el sábado más cercano a la festividad de Santa Rosa de Lima, patrona de la parroquia y de Manuel Alberti, se trae la imagen de la santa, que fue donada por la comunidad peruana en el país. Este año el obispo de Zárate-Campana, monseñor Oscar Sarlinga, se hizo presente por primera vez en esta fiesta que reúne unas 4.000 personas. Se hallaban también presentes autoridades locales, entre las cuales el intendente municipal de Pilar. El Obispo diocesano se refirió a los llamados a la paz que han hecho los últimos Papas, y se detuvo en una frase de Pablo VI: “El desarrollo es el nuevo nombre de la paz", y explicó lo que es el desarrollo humano, que incluye a lo espiritual, lo psíquico, lo físico, lo familiar, lo social, lo educacional, lo laboral, lo económico. Monseñor Sarlinga recordó que la paz es “la tranquilidad en el orden”, según san Agustín, cuando se da armonía, cuando las potencialidades de la persona y de la sociedad están ordenadas hacia el bien común, que abarca a todos los bienes

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